miércoles, 27 de enero de 2016

El vicio

Es una lucha constante
entre
el y yo.
Sin descanso me atrapa me ciega me perturba me acosa
me encanta.

Me está jodiendo la escritura.
Estiro las piernas y lucho por reorganizar mi vida pero el no me deja
no me deja.
Si solo pudiese controlarlo...
Muchos días cae la noche y pienso en el desperdicio de día.
Siento cómo una puerta me bloquea el paso.
Si pudiese quitarme las ataduras...
es como si tuviese tantas cosas que decir
pero un hombre oscuro y desconocido no las deja salir
están atrapadas y sé que con el tiempo morirán en ese cuartucho oscuro
y lo peor de todo,
no podrán tener hijos y, al final, solo quedará
un viejo desdichado buscando cobijo
entre
la ciudad del vicio.

Seguiría escribiendo pero tengo que volver a esa ciudad, el vicio me llama.

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