martes, 27 de febrero de 2018

14


Hoy
de nuevo me concedo
ese instante de libertad enjaulada
con el sol y los pájaros anunciando el ocaso
mi hora predilecta del verano.

Allá arriba hay nubes
y el sol se vuelve de cuchillas
mientras su calidez encanta el suelo
que vuelve a enamorarse
y tiñe de fuego sus párpados
su piel amada.

Un instante perfecto
sin fisuras
sin horas
solo minutos dorados de amor
entre el cielo y la tierra
que escurren ríos de lava
en cada mirada
cada pestaña quemada
pero se acaba
sin dejar ni el puro rastro
solo el frío más oscuro
y la nada


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