jueves, 18 de enero de 2018
10 (parte 2)
Si el otro día mis pies tocaban la tierra con mesura,
hoy la realidad me ha obligado a ponerme zapatillas y a correr con ella hasta caer exhausto.
Yo la miro,
la estoy mirando con la cara fría y plana
aunque mi interior arda.
Y ella no deja de atizarme con varas de espinas rotas,
astilladas y a remojo con mi sangre.
Pero no voy a caer.
Seguiré / Me arrastraré si hace falta.
Y será mañana o en mis últimos días
cuando acabe descalzo—sobre ella,
Mi tierra,
y me siente en su regazo
hasta que la noche tranquila nos acune con su manta de estrellas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario